Un sábado por la tarde

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un sabado por la tardeEl local estaba completamente vacío, le pedí a la chica de la barra una copa y me fui a sentar en unos de los sofás que había en el salón. Era la primera vez que iba a un local tan temprano, sobre las 18:00 de un sábado, y el ambiente era desértico.

Me decidí a dar una vuelta por el local, para recrearme e imaginarme situaciones, el cuarto oscuro, la sala bdsm, camas redondas … pero la que me llamo fue el cine xxx, lugar exclusivo solo para parejas, pero en el que venía acompañado uno agujeritos en la pared para poder participar desde fuera.

Cuando regresé al salón a por mí copa, tuve la agradable sorpresa de encontrarme una pareja en la barra ablando animadamente entre ellos, enseguida nos cruzamos las miradas, la mujer era preciosa, una morena de pelo rizado largo, donde su melena reposaba sobre sus hombros, una boca perfecta y gruesa me sonrió en un breve espacio de tiempo, y sus preciosos ojos dejaron de observarme para seguir su charla con su compañero.

Me fui a mi mesa, donde mi ron me esperaba, y dejé que pasara el tiempo, no sé cuánto tiempo fue, pues cuando no tienes nada que hacer, salvo divagar con tu mente el tiempo se vuelve relativo.

Unas cortinas semitransparentes me separan del siguiente salón, con un ambiente más íntimo, donde me llegaban susurros y risas, entre las separaciones de las cortinas podía ver desde mi mesa a la pareja reírse y jugar. El chico le susurraba al oído y le besaba el cuello y lenta mente deslizaba su mano por su muslo, subiéndose la falda mientras le acariciaba.

Yo degustaba mi Ron mientras disfrutaba del espectáculo que me ofrecía la pareja, ella gemía y reía de placer, la cabeza de su acompañante se perdía entre sus muslos, me tuve que levantar para poder apreciar mejor esa imagen, aparte despacio la cortina que nos separaba y me quede observándoles. Ella abría más las piernas, y empujaba la cabeza de su chico contra su coño, meneando la cadera en su cara, en un momento se percató de mi presencia, y me sonrió brevemente y seguida mente le susurro algo a su acompañante. No paso ni 2 minutos. Se levantaron y se fueron a la planta baja del local, donde se encuentra los cuartos de juegos que visite antes.

Dejé pasar unos 10 minutos, antes de ir a buscarlos, descendí las escaleras sumergiéndome en la oscuridad, aguzaba mi oído para detectar su presencia, y el sonido de los jadeos me llevaron hacia la puerta del cine xxx. Yo no podía entrar, pues era una habitación para parejas, pero si podía entrar por un pasillo que esta colindante a la habitación, por donde podía ver a través de los agujeros de la pared a la pareja.

Sorpresa la mía saber que se habían colocado pegado a mí, nos separaba un par de centímetros, el tenía la espalda pegada contra la pared, tapando uno de los agujeros, ella estaba a horcajadas fallándoselo con ganas. El pantalón empezaba apretarme, mi erección era bastante considerada, así que liberé mi polla, pues ya la tenía en todo su esplendor, empecé a introducir mi polla por el agujero, estaba muy dura, gruesa y grande, y cuando sentí la mano de la chica agarrando mi polla, notaba como se endurecía a un mas, la mujer jadeaba con más fuerza mientras me masturbaba hasta que pude sentir su boca caliente y húmeda, mi polla desaparecía en su boca, me la chupaba espectacular, con ganas, con ansia.
Su compañero la puso a cuatro patas, mirando ella hacia la pared, por donde sobresalía mi polla, empezó a masturbarla con las manos y ella empezaba aponerse loca de placer, cuanto más disfrutaba más intensa eran sus mamadas, cada vez me costaba más controlarme, hasta que empezó a pajearme rápidamente, haciéndome correrme entre su boca y cara, notaba como se golpeaba con mi polla en su cara.

Los dejes solos y me retire a la barra a pedir otra copa, a los 5 minutos subían ellos, soltándome una mirada de complicidad para que los acompañara al jacuzzi. Pero esa es otra parte, otro momento inolvidable que nos regala la vida.