Hace ya algunos años de esto, pero aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer…

Empezamos conociéndonos porque su tío era cliente de mi padre y yo cubría la cartera de clientes de mi recién difunto padre. El tío (a quien llamaré Roberto por cuidar su privacidad) estaba muy ocupado y se enteró de que me tardaría algunos días en Sacramento de negocios, dentro de los cuales se incluía el fin de semana, que de paso iba a ser largo. Todo parecía marchar a pedir de boca, y Roberto me insistía mucho en que su sobrina (la llamaré Claudia) era muy inteligente y bonita. Cuando unas horas más tarde la conocí, me dí cuenta de que Claudia era más inteligente de lo que Roberto me decía y no tan bonita.

Mi posición podría haber sido más exigente en cuanto a la belleza de Claudia, pero me sentí mal de rechazarla y decidimos salir a tomar un café. Para no entrar en los detalles del romance, te voy a platicar que acabamos teniendo una velada de 10 de calificación y Clau decidió acompañarme a refrescarnos en la alberca de mi hotel pues estaba haciendo muchísimo calor. Cuando llegamos al hotel y nos metimos a la piscina, no tardamos más de 15 minutos en que llegara el encargado de la piscina a decirnos que tenía que darle mantenimiento y que debíamos de salir de ella en 15 minutos, que fue lo que él accedió después de que nosotros insistiéramos, yo sobretodo porque Claudia llevaba un conjunto de ropa interior que le quedaba super y que era un poco transparente, pero lo suficientemente oscuro como para haber accedido a mojarlo en la piscina, tenía patrón de leopardo y sobre la blanca piel de Clau no hacía otra cosa que enfatizar su buen cuerpo… sin embargo ella sentía que había mucha luz y debía esperar a que el técnico se fuera.

Conmigo había perdido un poco de pudor y antes de que nos lo volvieran a decir, salimos de la alberca rumbo a mi habitación para rematar en el jacuzzi de la alcoba.Supongo que las burbujas y la temperatura hicieron lo que no había yo logrado y lo próximo que recuerdo es que estabamos acostados en una de las dos camas, yo junto a Claudia pelándo su bikini transpararente de su cadera blanca.

Fue cuestión de segundos que me llevó convencerla de empezarle a lamer y chupar sus labios velludos y recuerdo que tomamos lo que parecieron siglos para AMBOS disfrutar del cunnilingus más esquisto que AMBOS recordábamos. Cambié varias veces de posición y lo que vívidamente recuerdo es que me tomaba la cabeza entre las manos y me dirigía a su clítoris con presión. Me saboreo aún cuando recuerdo su sabor acido-salado y entre más se mojaba ella, con más pasión lamía y succionaba yo, hasta que después de unos 40 minutos, gritó y me jaló hacia sí al momento que explotaba y lanzaba un líquido del mismo sabor pero mucho más transparente hacia mi boca y garganta. Yo obedientemente succioné todo lo que Claudia tenía que darme y cuando después de un rato no relajamos, notamos que habíamos mojado la cama y la alfombra solamente dejando seco en donde yacíamos….

Por supuesto que volvimos a empezar en cuanto ambos recuperamos el aliento, pero eso es para que te platique de ello en la próxima carta; ¡así que búscame pronto aquí mismo!