En la ducha

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duchaElla decidió quedarse en la cama un rato más cuando él le ofreció una ducha conjunta. Cuando se marchó, ella se giró hacia el lado de la cama, todavía caliente y sumergió su cabeza en el dulce aroma que había dejado en la almohada. Empezó a escuchar el agua caer e imagino? a su amante desnudándose poco a poco antes de meterse en la ducha.

Mientras tanto, en la cama, ella todavía saboreaba el dulce sabor del sexo bien hecho. Tumbada boca abajo, oliendo a Gió y todavía medio dormida, sintió como volvía a excitarse.

Reparó en que el sonido del agua ya no se oía, por lo que supuso que él estaría enjabonando cada uno de los centímetros de esa piel que tan solo unas horas atrás ella recorría con su lengua.

Se levantó, excita

 

da, y fue hacia el bano. Abrió despacio la puerta para sorprenderle. Se desprendió del fino camisón que apenas escondía sus pechos y abrió la mampara de la ducha. Él se giró enjabonado y con una gran sonrisa le cedió un pedacito de ducha. Ella se acercó y le rodeó con sus brazos mientras le plantaba un enorme beso en sus labios.

Con el contacto de sus tetas sobre su cuerpo, comenzó a ponerse duro y ella al notarlo no pudo evitar bajar su mano izquierda para volver a acariciar esa dura polla que unas horas atrás la había hecho estremecer de placer.

Entonces se arrodilló y comenzó a recorrer, de nuevo, con su boca cada centímetro de su polla mientras él la agarraba por el pelo ayudando en el lento vaivén. Ella sonreía al tiempo que levantaba sus ojos para comprobar la cara de excitación que empezaba a asomar en el rostro de él.

Se tomó su tiempo para chupar la polla que tanto adoraba. La recorría con su lengua. La introducía y la chupaba con avidez, al tiempo que su mano se movía arriba y abajo. Tras el rato que creyó necesario para saciar su sed, se levantó para abrazarse al cuerpo de su amante al tiempo que le susurraba en el oído «ahora me toca disfrutar a mi».

Se dio la vuelta, mostrando su magnífico culo, y con la cabeza girada y una sonrisa en los labios le dijo a su amante :» vamos, métemela desde atrás, cariño» Él, excitado y obediente, se acercó a ella, y agarrándole una de sus tetas, acercó su polla a ese fantástico coño, umbral de deseos, para introducirla lentamente al tiempo que ella dejaba escapar un suspiro con la boca entreabierta. Mientras el agua resbalaba por sus cuerpos, él comenzó un lento movimiento dejando que sus labios resbalasen por el cuello de su amada.

Poco a poco esos movimientos fueron haciéndose más y más rápidos, más y más contundentes, hasta que él puso esa cara que tanto adoraba ella. Esa cara que indicaba el inminente orgasmo. Ella empezó a morderse el labio inferior a la vez que suspiraba y le costaba mantenerse de pie, porque sabía que el orgasmo de su amante le arrastraría a ella también como tantas otras veces había sucedido.

Él volvió a susurrarle al oído. «Me corro, cariño. Voy a explotar dentro de ti». Eso a ella le excitó sobremanera, hasta el punto que comenzó a temblar en los brazos de él. Los gemidos de ambos pasaron a ser gritos de placer cuando él eyaculó dentro.

Él bufaba y gemía con cada sacudida. Ella temblaba y luchaba por mantenerse de pie cada vez que notaba el líquido caliente de su amante dentro de su coño. Al final, aún con la polla dentro, notando cada palpitación, él comenzó a besar los labios de su amada, mientras la sostenía con fuerza contra su pecho.

«Buenos días, cariño. Tengo que ir a trabajar. Nos vemos otra vez mañana»