hazme tuyaTodos hemos vivido la experiencia de vivir por primera vez solos, tenemos un lugar sencillo, acogedor, que sentimos como nuestro pequeño reino.

Para mí además significaba la oportunidad de poder tener intimidad con mi novia.

En ese momento una mujer de 21 años, morena, delgada, con unos pechos pequeños pero firmes, muy lindos. Con una piel tersa y un aroma tan suave e intenso a la vez, que seguramente les recordará a alguna pareja de esas que con solo tomar un suspiro de su olor, se convierte en un afrodisíaco tan intenso qué debemos contenernos mucho para no pasar de un momento romántico a uno de desesperación y pasión descontrolada.

Así era ella

Sin quitar el romanticismo, bastaba tan solo, acercarme a ella y respirar su cabello y nuca para excitarme.

Ella accedió a conocer mi nuevo hogar

Un lugar pequeño con un baño, una sala comedor, y una recámara con una cama y un gran sillón.

En cuanto entro a mi casa, cerramos la puerta. Y al lado de nosotros se escuchaba otra pareja que estaba disfrutando y gemía de manera suave pero intensa.

Eso me puso muy caliente, y me parece que a la también.

Nos abrasamos y poco a poco le fui quitando el sujetador, su blusa, le alce un poco su falda y mientras tanto ella me acariciaba con ansiedad.

Nuestra respiración aumentaba y nuestras ganas nos obligaban a ser más directos, así la tomé de las nalgas y la cargué sobre mi, ella ya me había desabotonado los jeans, y de un salto d acomodo sobre mi.

Yo aproveche su peso para que yo pudiera entrar duro y no hubiera marcha atrás.
Si bien ambos estábamos húmedos, ella no tenía relaciones de manera tan frecuente y rosaba un poco al entrar, al grado que dolía un poco. Eso sin embargo más allá de detenernos, nos ponía más calientes. Alguna vez han sentido esa sensación, que aprieta tanto que hasta puede doler un poco.

Esa frase de “nos desgarramos de placer” aplicaría muy bien.
Yo la cargaba y la aventaba para arriba y la dejaba caer sobre mi miembro que disfrutaba de manera intensa esas acometidas y esa vagina casi virgen, que me regalaba un placer intenso.

Les recuerdo que además de muy erotica era muy bonita, y si algo permite esa posición es, poder disfrutar del rostro, los labios y el pecho de una manera muy agradable.

Cuando me canse, pasamos al sillón, yo me senté y ella con sus deliciosos pies, sobre los descansabrazos subía y bajaba a horcajadas sobre mi, era tan flexible y todo su bello cuerpo se me regalaba y me daba un placer sensual increíblemente intoxicante.
Para entonces estaba completamente desnuda igual que Yo.
Yo en ese momento practicaba deporte, dormía bien, no tomaba ni fumaba, es decir tenía buena condición.

Era glorioso ver cómo en esa cosita, entraba una Verga hinchada y a punto de explotar.

Con un poco más de fuerza la cargue y casi la azote sobre la cama
Al cargarla quedó automáticamente con las piernas levantadas, y yo sin dudarlo, me deje caer ahora con toda mi fuerza y mi peso. Para chocarle y metérsela sin pausa. Entonces tema su rostro, recuerdo esos ojos casi en blanco y la boca abierta muy abierta, como emulando que estaba pasando en su vagina. Yo la doble hasta donde se pudo y se la metí tan adentro como me fue posible, a esas alturas, habíamos pasado de ser quienes escuchaban, a ser escuchados.

Su jadeo y sus gemidos eran lo más dulce y lo más cachondo que en mi vida había sentido, y a pesar de estar comiendo como nunca, lo más increíble era que la sensación, ese calorcito en el pecho, esa ternura y ese cariño, hacían de la mejor cojida, algo que hasta ese momento entendía como hacer el amor. Nuestros cuerpos fundidos en uno.

Ahí en lo más intenso de ese momento, ella solo dijo unas palabras mientras me veía a los ojos…..”hazme tuya” eso marco ese momento para siempre y me hizo suyo para siempre.

En ese momento ambos explotamos

Y gritamos juntos

Ella se mojó tanto que le dio miedo, y a mi no me importaba estar mojado, era ella y yo. Era una mujer mezcla de pasión intensidad y al mismo tiempo ternura, Yo era igual.

Hasta ese momento, había tenido sexo, pero creo que fue la primera vez que me hicieron el amor.

No había pasado ni futuro. Solo ese momento.

Nada igual, nada tan natural y bello.
…….

Al paso del tiempo.

Momentos como ese son los que me confirman que la vida hay que vivirla y disfrutarla.

Después de eso terminamos recostados uno junto al otro acariciandonos, viéndonos, disfrutándonos.