A veces un hombre pone a volar su imaginación de una forma incontrolable, pareciera que tanto el alma y la mente se disputan todos los días sobre el control de nuestros cuerpos.
Prueba de esto fue un día que iba en el camión, estaba con una amiga, ella me platicaba un tanto de su vida, ella iba sentada, pero decidió ofrecerle su lugar a otra persona, traía un pantalón blanco y una bragas rosas, debo decir que tiene un trasero realmente voluptuoso, y cuando se levantó logre apreciar como su pantalón en una inmensa lucha buscaba contener dentro el ya mencionado.
Ella me seguía platicando pero debo decir que ante escultural cuerpo mi mente decidió apropiarse de mi persona, y mi mente se dejó llevar, me imaginé el resto del día, como bajábamos del camión, como me susurraba al oído «estoy ardiendo» y como en un abrir de ojos estábamos ambos desnudos en su cama, como con mis labios recorría todo su cuerpo, mientras ella melodiosamente gemía, al ritmo con el cual mis dedos entraban dentro de ella.
Yo lujuriosamente la veía y con un pestañeo coqueto me indicaba que era hora de embestirla, lo hacia una y otra vez, hasta que por fin me venia y ambos colapsábamos en la cama para terminar ese momento con unos húmedos besos.
Por el movimiento brusco del camión logré despertar y oh! sorpresa, tan cálida fantasía se veía reflejada en el bulto que traía en mi pantalón, y para mi suerte nuestro destino ser acercaba y no hallaba la manera de ocultarlo, me levanté y como pude logré disimular, pero ante la lucha por salir debido a tantos pasajeros, sentí como una mano intentaba estrujar mi miembro y acto seguido visualicé ese pestañeo coqueto de mi amiga. Desde ese momento intento entender si lo que pasó fué una fantasía o una realidad…