Mis pasos me llevarán nerviosa y agitada…estaré esperándote en la esquina acordada, expectante, con esa extraña sensación que a uno lo invade cuando se está por jugar…Tu voz llegará a mi cabeza para darle envión a mis acciones y la energía de todas tus palabras peleará por hacerse fuerte y tomar su lugar…
Cada segundo que pase será eterno…pero me resultarán útiles para recordar lo bueno que fue haberme atrevido a llamarte, sorprenderte, robarte esas bellas carcajadas y reconocer que sos más que la fantasía de un caballero perdido en la red…que sos además audaz, pícaro, simpático, guarango…que sos finalmente, un hombre.
Siento tu profunda voz llamándome, ¡Allí estás!. Mi corazón ha saltado al reconocerla, de ahora en adelante todo es avanzar…Subo a tu auto, con calma, tratando de sentirme un fantasma que pasa desapercibido, como un hecho común al que deberé comenzar a acostumbrarme…Soy invisible, nadie me ve, nadie me conoce…
Finalmente nos descubrimos, nos miramos, frente a frente, mis ojos perdidos en los tuyos y mi boca anhelando tu primer beso…mi cara entre tus manos, suaves y dulces besos de puro deseo, que luchan contra los caballos salvajes que se intentan desbocar dentro nuestro…
A esta altura, creo que podremos dejar el café previo para el descanso que nos permitamos en el medio de nuestra contienda. No puedo contener el deseo de acariciarte, sentir que sos una realidad, pegarme a tu cuerpo, sentir tu calor, reconocer tu olor, contener tu vibración, sentirte nervioso, quizá…
Te provoco varias veces, buscando que detengas la marcha para comerte la boca…enredar mis manos en tus cabellos, besar tus ojos, sus sienes., todo lo que protege el maravilloso cerebro que te rige y que permitió que una simple chispa mía, te despertara cosas olvidadas, aletargadas, añoradas…
Acelerás, tampoco podemos dejar que el tiempo se nos escape…Quizá estemos fumando y riéndonos de todo esto, pero los nervios son inevitables… Finalmente encontramos el lugar que buscamos para dejarnos ser…Bajamos de tu auto y tomados de la mano ingresamos. Si hay ascensor, allí será nuestro primer abrazo, apretado, sostenido…y si no, ya en el cuarto; luego de ser acondicionado a nuestro gusto (luces, música); al fin y al cabo, será el lugar que nos cobijará…Será nuestra isla, donde todo lo que estuvimos deseando se llevará a cabo.
Nos abrazamos con pasión y desenfreno, besándonos, acariciándonos, oliéndonos, lamiéndonos con desesperación, trato de beber de tu boca, buscando en ella tu elixir de vida…
¿Quién sabe dónde ha caído nuestra ropa de calle..? pero nuestras manos van por más, no cesan en su trabajo de reconocimiento, piel con piel, sintiendo el fuego y los gemidos de placer y deseo que nos provocamos. Inevitablemente la cama es el lugar ideal para que continuemos disfrutándonos…Tus yemas rozan mis pezones por sobre mi corpiño, volviéndolos más duros a tu boca que los busca… mientras yo siento crecer y latir tu miembro en mis manos. Tomas mis pechos, juegas con ellos, los besas, los lames, los aprietas, robandome suspiros…siento tu excitación, tu respiración agitada mientras me decís lo que estás sintiendo y lo que soy para vos en ese momento.
Subís a mi boca, nuestras lenguas se enroscan con furia, pasión y ganas, tus manos juegan con mi cabellera y muero de placer cuando te oigo decir mi nombre con tus ojos cerrados. Como si finalmente estuvieras cumpliendo tu deseo… Me guiás a ponerme boca abajo, acariciás con tus labios mi cuello, mi espalda, acrecentando mi excitación, haciendo que me arquee…al ver mi respuesta me tirás del pelo y me susurrás cosas calientes al oído, me mordisqueás, me besas…Giro lentamente, buscando verter en tu boca más de los besos prometidos y siento tu mano que ya está sobre mi sexo, palpitante, muy húmedo, ansioso y desesperado por tu llegada…le vas haciendo lugar a tus dedos, con ternura, acariciándolo, sintiendo como se estremece por vos…jugás entre mis labios y mi clítoris, mientras yo simplemente me voy muriendo lentamente…Descubres la firmeza de mi botón y tu boca no puede evitar desearlo y allí vas…a saborearlo, morderlo, enloquecerlo…siento cómo tu lengua me come y estoy elevándome en mi primer orgasmo, gritando tu nombre, entre gemidos y temblores increíbles de placer.
Has liberado todos mis demonios, hasta los más perversos y ahora salgo yo por mi presa…caliente y más hambrienta que antes…Comienzo a recorrer tu cuerpo con mis labios, mi lengua, mis manos…tratando de brindarte todo el placer que puedas soportar y lograr despertar al último de tus demonios, para que salgan a gozar con los míos.
Bajo por tu pecho, deteniéndome a saborear tus tetillas, tu abdomen…para hundirme finalmente entre tus piernas…mi boca muere por devorar tu miembro…lo beso, lo lamo, lo mordisqueo dulcemente…mi lengua juguetea tiernamente con su cabeza, haciéndolo latir y brincar…sigo el sinuoso recorrido de sus endurecidas venas con las yemas de mis dedos, despacio, lentamente y luego vuelvo a llevármelo a la boca con fruición y lo chupo una y otra vez, mientras mis dedos juegan suavemente entre el recorrido que viene desde tu cola hacia la base…oírte y verte gozar de esta forma me parece una bendición. Te quiero dentro de mi y te lo pido de la forma más procaz que puede solicitarlo una mujer caliente…
Y estás otra vez arriba, nos besamos furiosamente y puedo sentir el sabor de mis jugos en tu rostro, en tu boca; te espero totalmente abierta y entregada…resignada a mi destino…
Entrás con dulzura, aprovechando mi humedad y la que ha dejado mi saliva en tu miembro, te gusta el calor y lo apretado de mi vagina, sentís sus latidos y me lo demostrás con tu bombeo que se acelera y tus jadeos.
Tus estocadas son certeras, profundas, siento que me estás partiendo y más me caliento…Trato de reconocer los sonidos que provocamos ….te aferro a mi con mis piernas, para sentirte más adentro, para fundirme en vos y trato de moverme al ritmo que me imponés. Veo tus ojos casi en blanco, te oigo bramar, tu cuerpo comienza a estremecerse violentamente, tu furia está llegando…si fuimos precavidos, querré que acabes en mi, entre gemidos y estertores, nombrándome…dándome el regalo de poder verte y saber que soy nada menos que yo la que te está provocando eso. Luego me acomodaré a tu lado, abrazándote, agradecida, feliz hasta las lágrimas…disfrutando juntos el después y quizá ¿por qué no? Permitirnos el café que evitamos antes, para reponernos…ya sea para salir a la calle o para un volver a empezar…